
En comparecencia televisada a
todo el país la pasada madrugada, en un horario en el que su discurso pudiera
ser visto también en el Extremo Oriente Ruso, el presidente de la Federación,
Vladímir Putin, ha anunciado al país que ha decretado la “movilización parcial”, esto es, la llamada a reservistas que hayan servido en las FF AA rusas y que
tengan la capacitación y experiencia necesarias. También ha dicho que los
nuevos reclutas cobrarán lo mismo que los soldados profesionales y que
recibirán una formación militar adicional antes de ser enviados al combate.
Putin ha explicado que “la medida se ha adoptado para proteger a Rusia y al
pueblo, para defender la patria, su soberanía y su integridad territorial, para
ello que nadie dude que utilizaremos todos los medios a nuestra disposición”.
Putin añadió que Occidente “quiere fraccionar y destruir a Rusia y que no lo
consentirá”. El presidente ruso dijo que su objetivo en Ucrania sigue siendo el
mismo: “la liberación de todo el Donbás”. La movilización parcial es un paso
intermedio entre lo que estaba sucediendo y la movilización general, que
requeriría la declaración del Estado de Guerra y la aprobación de la Duma, pero
es un paso significativo de respuesta al apoyo de Occidente al régimen de Kiev,
con envíos masivos de armas, de mercenarios, de empresas privadas y
contratistas relacionados con la guerra, de asesores militares y de la
participación en los combates de extranjeros, directamente en el
frente o en la retaguardia, sin olvidarnos de la asistencia que EE UU está
prestando al ejército ucraniano tanto con datos de inteligencia como con informaciones satelitales, asignando objetivos concretos rusos. Más de 30 países
están implicados en la asistencia militar al régimen de Zelenski. El punto
crítico al que no se debería llegar nunca lo dejó claro el presidente ruso hace
ya meses: “Si atacan a Rusia destruiremos los centros de decisión estén donde
estén”. Las locas políticas de EE UU y sus aliados no se circunscriben solo a
Ucrania, donde empujaron a Rusia a la guerra al no darle garantías de seguridad
y querer meter a Ucrania en la OTAN, como ya habían hecho con todos los países
del Este y recientemente con Suecia y Finlandia para convertir el Mar Báltico
en un lago de la Alianza Atlántica (lo mismo querían hacer con el Mar Negro)
también las estamos viendo en Taiwán, con continuas provocaciones a China, y
recientemente en Armenia, también en el área de influencia rusa. EE UU ha
comprometido a sus aliados en una aventura para mantener la hegemonía mundial y
para implementar la desglobalización, una aventura cuya verdadera cara es la
guerra y las penurias que van a pasar, si no se para esto, los ciudadanos y las
empresas.
Estamos ante una nueva escalada
del conflicto en Ucrania, una escalada que se complementará con las consultas
de adhesión a Rusia anunciadas por las autoridades de las repúblicas populares
de Donetsk y Lugansk y de las regiones de Jersón y Zaporozhie. No se ha querido
taza y ahora habrá taza y media. Para que la ecuación del picadero de carne
ucraniano sea completa, China no se ha dejado amedrentar ni chantajear por EE
UU, que al mismo tiempo que la advertía que no debería ayudar a Rusia ni implicarse
de ninguna manera en el conflicto ucraniano la amenaza militarmente en Taiwán
diciendo que defenderá la isla con sus soldados si es atacada por Pekín.
Aviones de transporte militares chinos ya están enviando armamento y provisiones
a Rusia. La “Alianza Continental” ya tenía previsto una contingencia así, de
hecho, el año pasado, en maniobras conjuntas donde también participaron
ejércitos de otros países de Asia, soldados rusos ya se habían entrenado a
manejar armamento chino. Estamos, pues, ante un escenario con el que EE UU y
sus aliados de la OTAN no contaban, pues no solo no han podido acabar con
Rusia, han convertido a Putin en un paria que, rota la baraja de las relaciones
internacionales, no le queda otra que reaccionar como un paria, un paria que
cuenta con aliados muy poderosos. O se dan pasos hacia atrás, hacia la cordura,
de forma acelerada o todo esto puede acabar muy mal, es imposible saber todo lo
mal que puede llegar a acabar.
Desconozco el motivo por que ud llama regimen al gobierno de Ucrania..imagino que tiene que ver con esa mania que tienen los comunistas de llamar fascista a todo el que no comulga con su basura ideologica..los pasos atras los tiene que dar Putin,que es quien ha empezado todo el lio..nadie quiere fracccionar Rusia..lo que no se va a permitir,aunque haya que arrasar Rusia y China es que el comunismo domine el mundo,ni tampoco la reunificacion de republicas sovieticas con la que sueña Putin..entiendo su sectarismo y que el comunismo corre por sus venas,pero me parece que esta defendiendo lo indefendible,entre otras cosas por que movilizar a los reservistas puede provocar una guerra civil en la misma Rusia..no todos los rusos comulgan con la hoz y el martillo y me temo que ya estan hartos de que les tomen el pelo..aunque ud dira que todos los que se manifiestan contra Putin estan pagados por EE UU y por Occidente..cierto que esto no se sabe como puede acabar..pero si los rusos se pasan de tontos igual les hacen la raya del pelo..de China que quiere que le diga..que le corten el grifo e Europa y EE UU y vuelven a la Edad Media
ResponderEliminarMe parece que usted desconoce completamente que en Ucrania hubo un golpe de estado auspiciado y financiado por EE UU en 2014 (por eso lo del régimen) y que también desconoce que el Ejército Ucraniano tiene unidades nazis, con esvásticas, calaveras y donde sus soldados saludan con el brazo en alto, como el regimiento Azov. Rusia no va a consentir que el Mar Negro sea un lago de la OTAN. Hasta aquí han llegado.
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