
Pero, en este siglo XXI algunas cosas han cambiado tanto que nuestro mundo se ha vuelto del revés, entre ellas el papel de las Fuerzas Armadas en la sociedad, pero también el de los que históricamente habían defendido la democracia, la justicia y la libertad, que ahora ejercen de auténticos golpistas.
El primer intento serio de pasarse la Constitución por la entrepierna lo protagonizó el presidente Zapatero, los socialistas catalanes que gobernaban en el Tripartito con IC-Verds y los independentistas de ERC y también CIU, que pretendieron sacar adelante un nuevo estatuto de autonomía que el Tribunal Constitucional tumbó por ilegal. El segundo intento, esta vez conseguido, también fue obra del PSOE, esta vez auxiliado por el PP y los nacionalistas de derechas, que modificaron la Constitución, sin el obligado referéndum, para establecer tope al déficit, cuando una ley ordinaria habría sido suficiente. El tercer intento lo ha llevado a cabo CIU, que pretendió chantajear al Gobierno de Rajoy amenazando con una consulta popular sobre la independencia si no se daba a Cataluña el mismo concierto económico que la Constitución otorga al país Vasco y Navarra (recuérdese que el mantenimiento de los Fueros fue condición para integrarse en la corona de Castilla, pero que el reino de Aragón, del que formaba parte Cataluña, se unió al de Castilla mediante el matrimonio de los Reyes Católicos).
Si los resultados electorales les son favorables, cosa que después de mas de 30 años de inmersión nacionalista de la población es mas que probable, los independentistas catalanes darán sucesivos pasos hacia la secesión, con un referéndum ilegal y con un pronunciamiento del Parlamento de Cataluña. Pero lo mas grave es que en esta intentona golpista no solo se han embarcado los nacionalistas de CIU y los independentistas de ERC, también una buena parte de los socialistas del PSC y de IC-Verds, la filial catalana de IU.
Los falsos demócratas esgrimen el derecho de los ciudadanos de Cataluña a pronunciarse, soslayando el derecho que tienen los españoles, que consideran a esa comunidad autónoma como parte de su patria, a dar su opinión, y establecen a su conveniencia y antojo los ámbitos de consulta y de decisión, porque no se respetaría una votación contraria a la independencia de ningún ayuntamiento o provincia catalana.
El Gobierno de España ha recordado en varias ocasiones que esa consulta va contra lo establecido en la Constitución, que también fue refrendada en votación por los ciudadanos de Cataluña, pero eso no importa a los golpistas cuya única preocupación ahora parece ser impedir que las autoridades del Estado puedan obligar a cumplir la Ley utilizando, si fuera preciso, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y las Fuerzas Armadas, que tienen el mandato de la carta magna de salvaguardar la integridad territorial de España y el ordenamiento constitucional.
Mientras los nuevos golpistas acuden a Bruselas diciendo a Europa que el Gobierno de España podría llegar a emplear los medios necesarios para hacer cumplir la Ley, las FF AA se van a erigir, en última instancia, en garantes de la democracia y de la Constitución que aprobaron los españoles por amplia mayoría el 6 de diciembre de 1.978.
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