
En la conciencia colectiva de los militantes de IU pesan todavía mucho algunas de las cosas que sucedieron al final de la legislatura donde la Coalición gobernaba con los socialistas bajo la presidencia de Areces. Debemos recordar aquí lo que pasó en el tema de la macroincineradora de Serín, donde el PSOE buscó apoyos en el PP menospreciando a su socio en el Gobierno, también que IU continuó gobernando con los socialistas hasta la convocatoria de las elecciones a pesar de eso, en medio de los brutales recortes de Zapatero contra los trabajadores y pensionistas y del escándalo de corrupción en la Consejería de Educación. Esas y otras contradicciones con su ideología y con su programa provocaron la salida de Francisco Javier García Valledor y la ruptura con el Bloque por Asturies que, en una actuación honesta y valiente, abandonó el Gobierno y los sillones, algo que luego, injustamente, no fue premiado por el electorado.
Pero las tensiones en IU de Asturias vienen de lejos y básicamente son debidas a la política de pactos con el PSOE desplegada por Gaspar Llamazares, que logró el hito de dejar a la Coalición con solo dos diputados en el Congreso de los Diputados (también se perdió el de Asturias) y a la organización regional echa unos zorros y con 14 de sus máximos dirigentes expulsados del PCE por indisciplina. Los líderes asturianos de esas políticas donde primaban mas los sillones y los sueldos que el programa y la decencia política fueron principalmente los "jesuses" (Jesús Montes Estrada y Jesús Iglesias) y Noemí Martín. Uno aprobaba el especulativo y corrupto PGOU en Gijón, entre otras fechorías, y los otros miraban hacia otro lado mientras Areces y los suyos ejecutaban y apoyaban políticas que nada tenían que ver con la izquierda.
A pesar de todo, IU ha crecido en las últimas elecciones, tanto generales como autonómicas, pero ello se debe mucho más a la debacle socialista que a sus propios méritos. Además, no podemos entender la alegría desbordada de Cayo Lara al saber los resultados electorales donde la Coalición roji-verde obtuvo 11 diputados; bien es verdad que casi estuvo a punto de quedar excluida del Parlamento, pero con D. Julio Anguita y su programa, programa programa, tenía 23 diputados, con la misma injusta ley electoral que sigue vigente.
En IU de Asturias hay mucha gente decente y consecuente con sus ideas y parece que no están dispuestos a pasar por lo que hemos vivido en los años del "llamazarismo". D. Gaspar, aunque sigue deleitándonos con sus declaraciones, su verbo fácil y su gracejo, hace ya tiempo que cayó en desgracia y ahora las cosas tienen otro sesgo.
Si la militancia consigue que la Coalición no entre en el Gobierno y que el Ejecutivo que presidirá Javier Fernández esté embridado y bien controlado, se habrá ganado mucho. Los socialistas, si se ven apurados parlamentariamente, seguirán contando con el inestimable apoyo del PP de Mercedes Fernández y Gabino de Lorenzo, pero estos lo pueden tener ahora mucho mas difícil porque, al contrario que cuando gobernaba Areces, existe Foro Asturias y Cascos estará presto a hincarles el diente.
Si quiere, IU puede ser la que tenga la sartén por el mango.
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